Hoy conoceremos una residencia de pocas dimensiones pero fantástica, amplia, luminosa y moderna. Comenzaremos por conocer la edificación en obra negra, cuando apenas comienzan a integrarse los detalles de puertas, ventanas y acabados, hasta llegar a una casa totalmente habitable, amueblada, iluminada y en uso.
La vivienda, de dimensiones discretas, prioriza la luz natural, por lo que cuenta con un gran ventanal en la fachada junto a la puerta principal, y un patio de luz al interior, separando la estancia de la cocina y comedor. El volumen se desarrolla a lo largo del predio en L, distribuyendo linealmente cada espacio y optimizando la superficie. Vamos a conocerlo de una vez.
Comenzamos conociendo la construcción. En este punto, en la edificación se ha terminado la obra negra, que es la construcción completa sin acabados ni detalles y ha comenzado a recibir molduras, la puerta y las pinturas. Podemos ver en la distribución, un amplio jardín y un garaje para un auto o dos.
Una vez pintada la residencia, se puede observar mejor la distribución, las formas y la amplitud de cada espacio.
Antes de continuar, veamos el proyecto. La construcción se muestra fiel a los trazos del proyecto arquitectónico: un garaje amplio, una vivienda de una sola planta, un gran ventanal al frente y un generoso jardín.
Esta vista nos permite ver la transparencia desde el exterior hacia los interiores, y con esto la luminosidad que se ha proyectado para la residencia, aprovechándola para el ahorro de energía eléctrica en iluminación y calefacción.
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Muestra una estancia amplia y con pocos muebles, optimizando el espacio y manteniendo claridad en el ambiente. Un patio de luz refresca e ilumina los interiores.
La distribución del proyecto arquitectónico indica la ubicación de un comedor justo a la entrada de la casa, pero veamos si esto se cumplió.
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En el interior se ubica un patio de luz entre la estancia y el comedor, permitiendo no sólo iluminación natural sino ventilación correcta. Podemos apreciar que los interiores, a pesar de ser alargados, no lucen apretados sino amplios y luminosos, perfectamente distribuidos.
La cocina ha quedado instalada, y junto a ella se ubica el comedor, separado por una barra desayunadora y para preparar que se ilumina con tres luminarias colgantes. Después, el jardín interior, y después la estancia.
Observamos la estancia confortable y el pequeño patio de luz, integrando aire, color y vegetación.
Junto a la puerta principal se ubica un gran ventanal, permitiendo la comunicación entre los interiores y los exteriores. Los acabados han sido cuidados al detalle, y podemos apreciarlo en el piso de loseta porcelánica rectificada, perfectamente pulido, la invisible marquetería de la ventana y la hermosa puerta de madera oscura. Una casa sencilla y pequeña pero bien pensada y con muy buen gusto.
Sigue con nosotros y conoce estas ideas para el jardín de tu entrada.