El concepto de vivienda digna y decorosa se menciona en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y se refiere al derecho que tenemos los mexicanos de contar con un espacio para habitar, uno que nos permita vivir dignamente y con decoro. Pero ¿qué es lo digno, qué es lo decoroso?
Respondiendo de manera literal, según la Real Academia de la Lengua Española, digno es aquello que puede aceptarse o usarse sin menoscabo, mientras que decoroso es aquello que brinda la calidad de vida necesaria para que la dignidad no sufra menoscabo.
La vivienda digna y decorosa en México es un tema por demás tratado, pero aún no solucionado en todos los aspectos… ¿En qué consiste y con qué debe contar una vivienda para ser digna y decorosa en nuestro país? Aquí en homify te vamos a compartir algunos datos interesantes sobre vivienda digna en nuestro país, para que, al momento de construir o comprar tu casa conozcas lo mínimo que debe contar y con la ayuda de un arquitecto experto en la construcción, puedas lograr vivir en un hogar bonito y cómodo. Toma nota… .
Antes de adentrarnos en las leyes mexicanas, nos encontramos con tratados internacionales que hablan de las características con que una vivienda saludable y adecuada debe contar, de las cuales se desprenden las garantías individuales que la Constitución establece:
- La OMS indica que una vivienda adecuada debe brindar protección contra enfermedades transmisibles, traumatismos, intoxicaciones y enfermedades crónicas, por lo que debe contar con materiales no tóxicos, con una correcta impermeabilización y con protección del clima.
- Los espacios deben reducir al mínimo el estrés psicológico y social.
- Una vivienda adecuada debe proteger a las poblaciones que se encuentran en condiciones de vulnerabilidad.
- La ONU establece, como parte del derecho universal a una vivienda adecuada, el derecho a la seguridad de la tenencia, a la disponibilidad de servicios, de materiales, instalaciones e infraestructura adecuados, a la accesibilidad y a la adecuación cultural, en la consideración de que cada grupo social cuenta con sus propios hábitos y costumbres para habitar en comunidad.
La Constitución nos otorga el derecho a la vivienda como una de las garantías individuales a los derechos humanos, pero no indica las características que deben cumplirse para que sea digna y decorosa.
Es a partir de la Ley Nacional de Vivienda y en los Reglamentos de Edificaciones, de Urbanización y de Construcción municipales y locales, en donde se fijan las características para cumplir con una vivienda de calidad, y son netamente técnicas, estableciendo así:
- Cantidad mínima de espacios habitables.
- La ubicación de un espacio para higiene, uno para preparación de alimentos, uno para descanso/ocio/trabajo y uno para tránsito, como mínimo.
- Distancia mínima entre una vivienda y otra, entre una vivienda y la vía pública, entre una vivienda y el equipamiento de infraestructura en el exterior.
- Alturas mínimas interiores.
- Superficies mínimas interiores.
- Iluminación y ventilación mínima.
- Materiales constructivos estructuralmente confiables, como concreto y acero.
- Cálculo de cargas, pesos y distancias mínimas.
- Sistemas constructivos específicos según las características orográficas del sitio.
Como podemos observar, las leyes y reglamentos nos indican lo mínimo con que debe contar una vivienda, pero ¿el cumplir con lo mínimo nos lleva a tener una vivienda digna y decorosa? ¿A cuánto llega este mínimo?
En ciertos reglamentos municipales se indica que la vivienda debe contar con un cuarto de baño, una cocina y una pieza habitable o de descanso, la cual debe medir, como mínimo, 2.70 metros por lado y 2.40 metros de altura, llegando a resultar en viviendas de tan sólo 28 metros cuadrados en terrenos de hasta 75 metros cuadrados.
¿Realmente se está cumpliendo con lo que la Constitución indica: “Toda familia tiene derecho a disfrutar de vivienda digna y decorosa. La ley establecerá los instrumentos y apoyos necesarios a fin de alcanzar tal objetivo”?
El cumplir con lo mínimo que indican los reglamentos no produce viviendas dignas y decorosas, porque además ¿dónde están los aspectos no técnicos, las necesidades generadas por la cultura, los hábitos sociales, las costumbres personales, familiares y comunitarias?
Muchos de nuestros arquitectos y diseñadores de espacios consideran a la vivienda como el resguardo de la familia, el lugar en donde se es plenamente, se descansa, se vive, se sueña, y debe cumplir con las necesidades particulares de sus habitantes.
Una vivienda digna debe ofrecer lo siguiente:
- Seguridad en su estructura.
- Servicios básicos de infraestructura, estar dotada de servicios como agua potable, alumbrado, electricidad, vialidades, transporte, equipamiento urbano de interacción social, de escuelas y deportivos.
- Proporcionar aislamiento frente a las condiciones climáticas.
- Responder a las necesidades personales de sus habitantes.
- Reflejar su personalidad.
- Ser un espacio de interacción en donde se puedan llevar a cabo diversas actividades.
- Debe ofrecer interiores en armonía, pero también estar en armonía con el entorno, sin contaminar visual ni materialmente.
Pero no todas las familias tienen la posibilidad de adquirir un terreno amplio y contratar los servicios profesionales de un arquitecto o de un despacho de ingenieros.
En nuestro país, gran parte de los mexicanos contamos con créditos que organismos paraestatales ofrecen para adquirir vivienda, como Infonavit, Fovissste, Issste, e incluso algunas instituciones estatales ofrecen alternativas para regularizar viviendas autoconstruidas. Y estos créditos son utilizados para comprar las viviendas que las inmobiliarias ofrecen, cuyas características ya mencionamos.
- Las leyes y reglamentos deberían modificar los requisitos que exigen como mínimos, adecuar los permisos a los usos y costumbres de ciertas regiones cuyos sistemas constructivos han funcionado desde hace siglos, y no obligar a utilizar sistemas y materiales modernos que abaratan el costo al por mayor pero generan mayores gastos a futuro.
- Las leyes y reglamentos deberían exigir mayores dimensiones a cada espacio, mayor cantidad de espacios a cada vivienda, y una adecuación sensible y consciente a las características socioculturales de cada región.
- También, hay que revisar el concepto de vivienda digna y decorosa desde todos sus ángulos, contrastando lo que indican las leyes y lo que existe en realidad.
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