Madera para exteriores: ¿cuáles son los cuidados que hay que tener?

Jerónimo Moretti Jerónimo Moretti
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Entre el conjunto de los materiales que nos ofrece la naturaleza, ningún otro resulta tan práctico como la madera: ¿qué resiste mejor el paso del tiempo que una madera tratada con productos que la protegen y que ofrece aislamiento térmico y acústico a la vez? Es difícil decirlo. 

Para conseguir que este material aguante más y mejor el trajín de la vida diaria y las condiciones ambientales adversas, nada mejor que saber bien cómo cuidarlo. La madera es bella y puede ser engañosa, por eso ¡nada mejor que conocer algunos trucos!

Tratando la madera

Cuando exponemos la madera al exterior y comienza a mostrar signos de deterioro hay que tomar medidas urgentes para evitar que se pudra porque sino ¡crack! Estas son algunas alternativas para ahorrarnos ese dolor de cabeza:

-Repeler el agua: es importante utilizar repelentes para evitar que entre agua y se pudra la madera. Hay que hacerlo todos los años ya que así la madera tendrá una mayor duración. 

-Blanqueo con oxígeno: es utilizado para la madera en el exterior y para evitar las manchas. ¿La contra? Puede oscurecer ciertos tipos de madera. 

-Lijado: Después de lavar bien la madera, la lijadora puede ser nuestra mejor amiga ya que no sólo nos ayuda a apurar el proceso de secado, sino que también suaviza la madera. 

-Usar resina sintética: después de lijar, la madera debe ser sellada con resina sintética pigmentada, otro aliado a la hora de combatir el agua. Sin embargo, es mejor no utilizar el producto a base de aceite porque atraen moho y algas.

¿Cuál es el mejor barniz?

El barniz es el sistema tradicional más empleado y quizás el que menos cumple con las expectativas de duración al exterior. Para poder aplicarlo, la madera debe estar seca, es decir que su humedad no debe ser superior a un 18%. Primero que nada debemos aplicarle una mano de protector impregnante y, luego, unas 3 o 4 manos de un buen barniz con protección UV, contra rayos solares. De esta manera, lograremos tener un buen espesor de capa protectora. 

Si, además, le damos color al barniz, va a durar mucho más ya que el pigmento que tiene la película actúa como otro protector con filtro solar y le da un cuidado adicional. ¡Y queda espectacular en cualquier living!

Otra alternativa: a poro abierto

Otra opción para proteger la madera es el uso de productos que no forman películas, los conocidos como productos “a poro abierto”: son los que tienen biocidas que impiden el ataque de los hongos y los insectos y, a su vez, tienen filtro solar para retardar el agrisado de la madera. Son mejores para la intemperie ya que trabajan con la madera, es decir que se adaptan mejor a los cambios que sufre este material por estar expuesto a diferencias de temperatura.

Después de dos o tres años de aplicación, requiere una pequeña manutención muy sencilla, ya que al no tener película sólo se necesita un suave lijado para eliminar las suciedades acumuladas, y la aplicación de una mano más del producto.

¡No olvidemos las alternativas ecoamigables!

A la hora de cuidar nuestras maderas, nada mejor que pensar en el medio ambiente y hacerlo desde un enfoque ecológico. Hay varios productos ambientales en el mercado que nos permiten cuidar lo que queremos cuidar y, a la vez, respetar a la ecología. Estos productos funcionan al penetrar las fibras de madera, ya que crean una especie de barrera contra el agua y la descomposición producto de los hongos. Esto, en consecuencia, aumenta la durabilidad de la madera y crea una pátina luego de un par de horas de secado. Estos son algunos de los beneficios de la utilización de productos que respetan el medio ambiente:

-Sus conservantes no son tóxicos 

-Sólo requieren una capa de aplicación 

-Pueden aplicarse directamente sobre la madera sin tratar 

-Están hechos con ingredientes a base de minerales 

-Ofrecen seguridad a la hora de su uso, sobre todo si tenemos niños, plantas o animales cerca. 

-No generan desperdicio y, por ende, no generan residuos

¿Y los conservantes de madera?

A pesar de que los conservantes de madera son útiles, debemos ser muy cuidadosos a la hora de elegirlos ya que pueden ser peligrosos no sólo para el medio ambiente sino también para nuestra salud. Por eso, se suele recomendar una evaluación a conciencia sobre su importancia a la hora de aplicarlos. Si consideramos que es indispensable su utilización, debemos comparar el nivel de toxicidad en las etiquetas para saber cuál comprar y que sea el menos riesgoso.

La madera tratada térmicamente

Una alternativa ecológica es la utilización de madera tratada térmicamente. Esta “termomadera” se obtiene mediante un proceso de secado a altas temperaturas de maderas de abeto o pino. Dado que no se utiliza ningún producto químico para este procedimiento, los depósitos no dañan el medio ambiente y, por ende, se vuelve un negocio más que rentable.

Con el objetivo de calentar la madera a tratar, se realiza un calentamiento controlado que busca secar la madera. Ya en una segunda fase, se la calienta a 200 grados centígrados lo que evita una posterior formación de grietas. Gracias a este tratamiento la “termomadera” es durable y puede no solo conservar sus dimensiones, sino también resistir a la expansión y contracción durante los distintos niveles de humedad. La fabricación de muebles con este tratamiento logra muy buenos resultados y, a su vez, aptos para el exterior.

A pesar de estos beneficios, la madera tratada con calor no es tan fuerte como la madera regular, ya que el tratamiento a alta temperatura reduce su resistencia, por lo que no es un tratamiento indicado para madera que se va a utilizar para la construcción. Pero sí se la puede usar como revestimiento decorativo de pared, un dato nada menor para los fanáticos de la madera dentro del hogar.

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